jueves, 16 de junio de 2022

Fraude o magnicidio impedirían triunfo de Petro


Por Agamenón

Solo un fraude, que se habría ensayado en las elecciones del 13 de marzo o un magnicidio, impedirían el cambio en Colombia que significa el Pacto Histórico y su forma presidencial: Gustavo Petro, presidente y Francia Márquez, vicepresidenta, es el rumor que recorre calles, carreras y caminos de Colombia.

El rumor no es para descartarlo, sobre todo cuando ha acontecido en Colombia. En los 70s, Misael Pastrana Borrero, anocheció perdiendo y amaneció ganando, después de silenciar la prensa y desactivar el fluido eléctrico.

De igual manera, varias personalidades presidenciables, han sido asesinadas, sin que hasta el momento se haya establecido responsables intelectuales. El general Rafael Uribe Uribe, Jorge Eliécer Gaitán, Bernardo Jaramillo Ossa, Jaime Pardo Leal, Luis Carlos Galán Sarmiento, etc.

Es decir, hay suficientes razones para estar preocupados, sobre todo si se tiene en cuenta la forma casi “suicida” como Gustavo Petro denunció la corrupción en las alturas del poder, el Estado Mafioso y los nexos del militarismo con el paramilitarismo. Eso no lo hace cualquiera.

Es tan irresponsable esta clase dirigente, que, teniendo políticos con formación académica, se haya inclinado por este longevo que no tiene un programa, ni visión de país, un personaje soez, misógino, racista y fascistoide. Un personaje que habla maquinalmente de corrupción, pero resulta que él está imputado por corrupción. Una burla que merece todo el repudio, por cuanto el pueblo merece respeto.

Esta candidatura presidencial de Rodolfo, es realmente una afrenta a la decencia, a Bolívar, a Anzoátegui y demás héroes que dieron su vida por la libertad. Si este país tuviera una mediana formación política, los simpatizantes por X o Y motivo de la gran oligarquía, se habría resistido a aceptar dicha candidatura. No hay razón.

Al decir de algunos médicos, este señor tiene problemas seniles. En realidad, es un irrespeto con el mismo candidato, que no tiene idea del potro cerrero al cual aspira montar, pues no conoce la geografía nacional y considera que la patria se puede manejar como sus oscuros negocios, solamente sumando y restando, como ha dicho.

Hay que evitar una catástrofe de inmensas repercusiones, nacional e internacional. No hay que votar con la emoción, hay que hacerlo con la razón. Pensar un instante, antes de marcar esta opción. ¿Qué futuro puede tener el pueblo con un candidato de esta naturaleza, de este talante?

Lo obvio es que gane Petro. Un hombre que le cabe el país en la cabeza, que lo ha recorrido casi metro a metro, que conoce sus necesidades y tiene propuestas claras para iniciar un proceso democrático. Por supuesto, no será el “salvador”, será un conductor que guiará al pueblo a puerto seguro.

Los jóvenes, las mujeres y los abstencionistas, tienen la palabra. En esta hora de incertidumbre, la sensatez se debe imponer. Bien dijo Benjamín Herrera: “La Patria por encima de los Partidos”.

“El pueblo es superior a sus dirigentes”, dijo Gaitán; afortunadamente, el pueblo tiene clara la película, ya no come cuento de la campaña de miedo que siempre utiliza la burguesía para tenerlo inmovilizado. Eso ha sido superado con mucho sacrificio y a un costo muy alto.

Así, pues, solo un fraude o un magnicidio impedirían que Colombia viviera sabroso, es decir, con derechos.

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