jueves, 30 de julio de 2020

¿Policía colombiana fascista?

Por Nelson Lombana Silva

Causa escozor los vídeos que han logrado subir a las redes sociales dando cuenta de la forma criminal y salvaje como la Policía Colombiana viene tratando al pueblo humilde y desamparado. Con qué sevicia el pueblo de a pie viene siendo ultrajado y maltratado al estilo fascismo por esta desalmada Policía Nacional.


Este grupo de verdaderos vándalos no respeta ni a la mujer, ni a los niños, mucho menos las normas elementales de respeto y consideración a la población civil. Se ensaña contra la persona, especialmente, la que ya está totalmente sometida y no puede hacer nada para defenderse.

Coger a un joven a puntapiés en un centro de atención inmediata, cuando está indefenso y en medio de una manada de desadaptados mentales, no tiene presentación. Resulta indignante.

Si sucede eso sabiendo que está siendo filmado, qué será tras de cámara. Mientras esto sucede, el ministro de defensa, repite como loro mojado el mismo cuento de marras: “Son frutas podridas”. ¿Quién puede creer semejante embuste?

Galopa por calles y caminos de Colombia el fascismo. La policía colombiana se ve involucrada en todo hecho delictivo: En secuestros, en atracos, en asesinatos, en violaciones, en extorsiones, en amenazas, en tráfico de narcóticos, etc. Sin embargo, el ministro del ramo, repite maquinalmente el mismo cuento, solo para engañar incautos.

Todo indicaría que los manuales son los del enemigo interno, ordenado por Estados Unidos. Hay un odio visceral en estos polizontes contra sus mismos hermanos de clase. Así, al parecer, son amaestrados en la academia policial.

Olvidan que son simples servidores públicos, cuya misión es bien distinta del comportamiento cotidiano. No se dan cuenta que son simples asalariados, mal pagos y al servicio de la clase dominante.

Alguien comentaba por estos días: “Antes era un honor vivir cerca del cuartel de policía, pues inspiraba seguridad, respeto y sana convivencia; hoy produce miedo e inseguridad. Nadie quiere vivir cerca de un CAI o puesto de policía”.

Se hace necesaria la depuración radical de la policía, la utilización de los manuales inspirados en el pensamiento bolivariano, en la tolerancia y el respeto hacia el otro. La policía debería ser más tolerante, más humana y más ciudadana. Comprender que ante todo es pueblo. En Colombia no hay un solo policía que sea hijo de la gran oligarquía. El comportamiento policial en Colombia es fascista.

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