Por Nelson Lombana Silva
El pasado 26 de noviembre de 2020, murió en la ciudad de Ibagué, el gran maestro de la pedagogía revolucionaria, Jairo García Nagles. Al parecer en su deceso tuvo mucho que ver la ley 100 de 1993, esperpento del narcotraficante número 82, Álvaro Uribe Vélez, por cuanto las atenciones en la salud no fueron oportuna y completa por parte de las EPS. Bien se afirma que en Colombia muere más gente por esta negligencia del Estado en la prestación del servicio de la salud, que el mismo conflicto social y armado que se vive a diario. El eximio maestro al parecer fue una víctima más que desde la eternidad clama justicia.
Era natural del municipio de Ataco (Tolima), siendo sus progenitores: Napoleón García y Gilma Nagles. Tuvo varios hermanos: Aurora, Napoleón, Edgar, Leyla, Nury y Yesid. El Cronista.co, lo define como “una persona de ideas democráticas, buscando la justicia social y una sociedad más incluyente, igualitaria, justa y participativa”.
Realmente el docente Jairo García Nagles fue un revolucionario de tiempo completo que desde la docencia y la pedagogía luchó denodadamente por un cambio de régimen, librando desde esta alteridad una decidida lucha contra esta burguesía salvaje, criminal e ignorante. Enfrentó con decisión la política violenta del terrorismo de estado y no se amedrentó, murió con las botas puestas.
Maestro de verdad, luchador incansable y defensor a ultranza de una pedagogía para la libertad, una pedagogía revolucionaria, Jairo García Nagles, se prodigó a fondo, siendo consecuente con su clase social. Fundó la Corporación Pedagógica Educativa y la revista Areté, espacios que utilizó abiertamente en la tesonera labor educativa y formativa del pueblo tolimense.
También fue un avezado y consecuente dirigente sindical del magisterio. Siempre estuvo al lado de las luchas de los maestros por sus reivindicaciones. Se doctoró en ciencias pedagógicas en el Instituto Central de Ciencias Pedagógicas de la Habana (Cuba). Alcanzó su jubilación siendo maestro del colegio Leonidas Rubio de Ibagué.
Se guió siempre por la ciencia, alejándose del teísmo sin ningún tipo de ambigüedades. Siempre estaba abierto al diálogo y a la discusión dialéctica. No hacía pausa. Un par de veces visitó la biblioteca Cañón del Combeima en el corregimiento ocho de Villa Restrepo, lleno de proyectos e iniciativas.
En alguna oportunidad escribió: “Cuando entendí que es mejor vivir en una sociedad de hombres sabios, libres y honestos, me dediqué a difundir por el mundo la educación por la excelencia humana... en este ideal persistiré sin pausa... Para que las nuevas generaciones tengan la inteligencia suficiente para abolir la esclavitud y erradicar la ignorancia y el egoísmo. Sólo así, construiremos una sociedad sin privilegios gobernada por hombres humanos cultos y altruistas”.
Descripción: Gloria eterna al maestro Jairo García Nagles
Jairo García Nagles, no se rendía ante la adversidad y menos ante la crueldad del régimen capitalista. Al surgir la pandemia de la Covid y el gobierno llamar al aislamiento, el maestro Jairo García Nagles tuvo la genial idea de centrar su trabajo pedagógico y político en la familia. Al respecto, dijo: "Cuando comprendí el origen de la pandemia y su tragedia actual, decidí no hacer propaganda al mal sino encontrar los objetos que nos lleve a todos a reunirnos en la casa a planear el futuro familiar”.
Agregó: “Yo estoy entregado a avanzar en la escritura y organización de mi próximo libro que muy pronto usted va a conocer. El recogimiento de las familias trae consigo el diálogo permanente. ¿De qué se dialoga en familia? Cada persona transmite su experiencia de vida representada en las buenas acciones sociales y las buenas obras que se registran dentro de los bienes de la cultura humana”.
“Es importantísimo que papá y mamá describan a sus hijos la genealogía de su propia familia para que sus hijos lleguen a abstraer su naturaleza familiar”, subrayó.
El Partido Comunista Colombiano, Local Ibagué, deplora la muerte sorpresiva del maestro García Nagles y expresa a toda su familia y al magisterio en general, la más sentida expresión de solidaridad en esta hora de duelo. Además, destaca la vida y obra del pedagogo en la dinámica de la lucha revolucionaria por una pedagogía para la liberación y la justicia social que tanto necesitan los educandos colombianos y colombianas. Su ejemplo paradigmático debe destacarse en la conciencia de quienes están predestinados a seguir la lucha. Paz en su tumba.
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