La criminalidad del para Estado contra el pueblo y los trabajadores no da tregua. La delirante campaña de amenazas y asesinatos continúa en todo el territorio nacional, mientras el gobierno nacional se hace el de la vista gorda y con la orden de Estados Unidos prepara agresión contra la hermana república bolivariana de Venezuela, como lo ha venido denunciando el presidente Nicolás Maduro Moros en sus intervenciones.
Se exacerba el terrorismo de Estado, precisamente, en víspera de elecciones, en un intento de que el pueblo se abstenga de votar por los candidatos del pueblo y en su efecto vuelva a votar por los candidatos de la oligarquía, de la corrupción y de los falsos positivos. Se ha desarrollado tanto la dinámica de la violencia en Colombia que hay un Partido que aglutina los partidarios de la violencia, la muerte y el terror. Ese partido se llama: Centro Democrático. Eso indica que la violencia en Colombia no es un hecho circunstancial o accidental, es un fenómeno trágico programado por la clase dominante.
En Colombia el pueblo se encuentra amenazado y de distintas maneras: Los campesinos, los indígenas, los estudiantes, los obreros, los periodistas, los médicos, los docentes, etc.
En el marco de esta terrible y dramática realidad, los docentes aglutinados en la Federación Colombiana de Educadores (FECODE), se ha visto precisado a convocar un paro de 12 horas, el 12 de septiembre, con el fin de rechazar contundentemente los asesinatos de los docentes y las amenazas que se han conocido por estos días contra el comité ejecutivo nacional de este sindicato.
Según las cifras estadísticas que maneja FECODE, durante el presente año han sido asesinados en Colombia 10 maestros y cerca de 700 se encuentran gravemente amenazados. Es más: Durante los días 2 y 3 de septiembre, vía email ha sido amenazado el comité ejecutivo por las denominadas “Águilas Negras”, cuando se ha demostrado que éstas no existen en realidad como estructura y mando porque al parecer es el mismo ejército nacional disfrazado que tiene la misión de asesinar, atemorizar y desplazar a los líderes populares y sindicales que son la piedra en el zapato de los gamonales, terratenientes y oligarcas. Esa es la cruda realidad.
Nelson Alarcón, presidente de FECODE, dijo que el gobierno nacional no asume la responsabilidad de proteger la integridad y los derechos del magisterio colombiano. “Somos maestros y seguimos trabajando con compromiso por la paz y la educación pública de Colombia. Rechazamos cualquier amenaza o acto de violencia contra los docentes del país”[i]
La movilización de solidaridad con el Cauca de esta organización sindical, también fue amenazada por las supuestas “Águilas Negras”. El común de la gente se pregunta cómo puede una delincuencia de este talante moverse libremente por todo el país, amenazar y asesinar simultáneamente sin que las autoridades las puedan detectar en un país donde el gobierno dedica la mayor tajada del presupuesto nacional para el militarismo y hay nueve bases norteamericanas.
Al decir de la gente, dichas amenazas y asesinatos no provienen de alcantarillas, al parecer provienen de suntuosas oficinas y de la misma inteligencia militar. Esto tiene asidero si se entiende que el militarismo está instituido no para defender la patria, sino los intereses de la clase dominante, las multinacionales y transnacionales.
Ante estos dolorosos sucesos que suceden a diario en este país sudamericano, la movilización del pueblo es la esperanza de detener este baño de sangre y represión contra el pueblo. Por eso, estamos destacando la protesta de los docentes este 12 de septiembre en toda Colombia. No solamente deben salir los docentes, también lo deben hacer los padres de familia, los estudiantes, los obreros, los indígenas, los afros. En una palabra: Todo el pueblo. La razón es elemental: Se está luchando por la vida y la esperanza de existir en esta nación de 50 millones de habitantes. Así las cosas, que nadie se quede en casa, todos a las calles. La cita es el 12 de septiembre.
[i] Prensa Latina, 06 sept. 2019 publicado en www.pacocol.org
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