sábado, 14 de septiembre de 2019

Duque justifica paramilitarismo y al mafioso Juan Guaidó

Gráfica Juan Guaidó  e Iván Duque. Foto: headtopics
Por Nelson Lombana Silva

Causa dolor de patria la forma miserable como el presidente colombiano, Iván Duque Márquez, sale a defender al desprestigiado Juan Guaidó, quien para cruzar la frontera a escondidas, como una verdadera rata de alcantarilla, fue custodiado por el paramilitarismo denominado “Los Rastrojos”.


Juan Guaidó, autoproclamado presidente, es una figura desdibujada que tiene Estados Unidos para aclimatar la violencia y el golpe de estado en esta república bolivariana. Quizás, la persona más desprestigiada que hay actualmente en la República Bolivariana de Venezuela, un verdadero cadáver que trata de revivir el gobierno colombiano por orden expresa de Estados Unidos.

Foto: Revista Semana y @wilcan91
Salió de su país como rata de alcantarilla por la “trocha”, apoyado por el paramilitarismo y seguramente el militarismo en estrecha alianza. La escudera del paramilitarismo, la flamante nieta del triste célebre ex presidente Guillermo León Valencia, doña Paloma Valencia, sale a justificar lo injustificable y dice con qué ironía rampante: “Uno como figura pública se toma fotos y no sabe con quién se está tomando la foto”.

Bueno, que lo diga una personita con tan poco cacumen podría uno decir vaya y venga, pero que diga lo que dijo el presidente de la república, si no se puede admitir ni en chiste. Es verdaderamente vergonzoso, cruel y salvaje, colocando en evidencias varias cosas: De un lado reconocer el paramilitarismo, el dominio territorial como política de estado; en segundo lugar, tratar de encubrir un payaso, un criminal moldeado por Estados Unidos, dispuesto a hacer todo lo que le indique éste en contra del pueblo bolivariano de Venezuela y de su gobierno legítimo que lidera el compañero Nicolás Maduro Moros. Se ha identificado con la invasión militar, el brutal bloqueo económico y el robo de los activos en el exterior. Ese es el siniestro personaje que Iván Duque Márquez tiene que proteger y defender por orden expresa del Tío Sam.

Por eso, sale a los medios de comunicación a decir sin sonrojarse que las fotos difundidas por el vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, no son importantes, ni trascendentes. Sale a defender su desprestigiada imagen al presentarlo como “héroe” cuando en realidad es un vulgar conspirador contra su propia patria. Cómo será que hasta el grueso de la oposición en la patria de Bolívar y Chávez, hace rato le quitó el respaldo. Anda como peón del imperio en busca de algunas dádivas para sobrevivir.

Realmente, la postura del presidente Duque genera vergüenza. Una postura así nos coloca en la arena internacional como un país paria, un nido de ratas, paramilitarismo y narcotráfico. No es gratuito lo que alguien ha dicho: Esta oligarquía primero llevó a Colombia a convertirla en la nación más productora de alucinógenos, especialmente cocaína y ahora nos quiere colocar un nuevo récord: La violencia contra países hermanos.

No es una exageración. Durante el gobierno del narcotraficante número 82, Álvaro Uribe Vélez, Estados Unidos construyó nueve bases militares de su país en nuestro territorio. Bases, según expertos, dotadas para agredir a cualquier país del mundo en cuestión de minutos. Este oscuro ex presidente colombiano convirtió el país en una gigantesca base militar gringa, no para defender los intereses del pueblo, simplemente para defender los intereses burgueses del imperio gringo.

Al entender esta cruda y dolorosa realidad, no asombra las declaraciones del presidente Iván Duque Márquez, pero sí producen indignación, rabia, dolor de patria una postura pusilánime de esta naturaleza.

El pueblo colombiano debe reaccionar ante esta infamia, lo mismo la comunidad internacional. El presiente Bolivariano de Venezuela, Nicolás Maduros Moros, ha denunciado por lo menos diez siniestros planes para asesinarlo. La reacción mediática ha estado ciento por ciento inclinada a favor de los asesinos y terroristas y en contra del estadista venezolano, lo cual constituye una postura muy flaca de estos medios. No han dudado en matar la objetividad y la imparcialidad en la información, colocándose descaradamente al servicio de la sucia clase dominante.

El pueblo debe movilizarse. Y el momento más oportuno es el mes de octubre al realizarse las elecciones. El pueblo debe votar copiosamente por los candidatos de la izquierda y negar toda votación a los candidatos del Centro Democrático. Ni un voto por éstos. Además, acentuar la solidaridad con Venezuela, su proceso democrático y revolucionario que se viene desarrollando, en el marco de la libre autodeterminación de los pueblos. Hay que rechazar y denunciar la postura del gobierno títere Iván Duque Márquez.

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