viernes, 18 de julio de 2025

Todas las miradas son para Bogotá y el Pacto Histórico

Pacto Histórico. Foto: Senadora Isabel Zuleta

Por Agamenón

Todas las miradas del país son para Bogotá y el Pacto Histórico en el marco de la Convención Nacional. La expectativa es grande, sobre todo en el país nacional que sueña con la consolidación del movimiento amplio, democrático y fuerte, capaz de profundizar los cambios que han comenzado con el presidente, Gustavo Petro Urrego y Francia Márquez.

Son muchos los intentos unitarios que se han hecho, pero que desafortunadamente han naufrago quizás por la ambición personal, el caudillismo y la falta de conciencia social y de clase. Sin embargo, de cada proceso han salido numerosas lecciones y acumulados importantes que hay que esgrimir ahora para que el proceso, el sueño del martirizado pueblo colombiano se cristalice y una patria libre y soberana brille sin mancha en esta parte de América Latina. Parodiando el decir huilense, todos los caminos conducen a Bogotá.

Seguramente de la magna convención saldrán directrices claras y concretas, grandes sentimientos de unidad y fuertes propósitos de hacer irreversible el proceso que se ha ido madurando en los diversos intentos unitarios y que ha logrado alcanzar su máxima expresión en los últimos años. Se espera entre otras cosas: Un programa claro que enamore al pueblo colombiano, unos estatutos acordes con el momento, una dirección democrática e incluyente y unas reglas claras y concisas para dirimir las dificultades que se puedan presentar en el camino.

De igual manera, un respaldo claro y contundentes a las acciones positivas que viene desarrollando el presidente Petro. El rechazo unánime al interés de la burguesía mafiosa de eliminarlo tanto físicamente como sus ideas e iniciativas que han calado en la conciencia del pueblo colombiano. Nada de burocracia, nada de oportunismo, nada de “infiltrados”, que todos y todas estén en la disposición de colocarse la camiseta para ir hasta el rincón más recóndito de la patria a prender la llama de la esperanza, en ese heroico pueblo golpeado por la violencia, la incomunicación mediática y el analfabetismo político.

No perder detalle de la discusión dialéctica para sacar los mejores insumos que hagan fuerte y sólido al movimiento Pacto Histórico, movimiento que necesariamente debe interpretar correctamente los sueños frustrados del pueblo colombiano.

Hay que reconocer que llegar a esta instancia histórica no fue tarea fácil, porque la izquierda y el mismo progresismo, tuvieron que enfrentar una derecha criminal, sectaria y atrasada políticamente; una derecha sin argumento intelectual, político y moral, solo la fuerza ciega de la violencia y la brutal explotación del hombre por el hombre, en todas sus formas y manifestaciones.


El sistema capitalista, depredador por excelencia, tiene en la mira al medio ambiente, la contaminación es cada vez más evidente lo que ha originado paulatinamente la esterilización de la tierra, la pachamama o la “casa común”, como bellamente lo definió Su Santidad Francisco en la trascendental encíclica: “Laudato Sí” (Alabado Seas). No podemos olvidar que el planeta tierra del cual hace parte Colombia, es un verdadero polvorín que por un simple error de cálculo se podría borrar todo rastro de vida en menos de cinco minutos, lo advirtió el laureado escritor colombiano, Gabriel García Márquez.  

Qué responsabilidad tan grande tienen nuestros delegados y delegadas en esta convención nacional. Acudimos a su sapiencia para colocar siempre por delante el interés común, la grandeza y la conciencia que no se está sembrando para hoy exclusivamente, sino para mañana y pasado mañana. Mucho talento, firmeza, sinceridad, tolerancia y prudencia.

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