viernes, 11 de diciembre de 2020

Premio Nacional para la biblioteca Pública Combayma de Ibagué

 


Por Nelson Lombana Silva

Entrevista con la bibliotecaria Nayi Carolina Molina Cruz.- La biblioteca pública Combayma, ubicada en el corregimiento de Juntas, municipio de Ibagué (Tolima), regentada por la profesional, Nayi Carolina Molina Cruz, fue ganadora de un importante premio de talla nacional, el cual fue concedido el pasado 10 de diciembre, por el proyecto comunicación comunitaria: “Huellas que transforman al mundo”.

Este premio nacional de bibliotecas públicas, “Daniel Samper Ortega”, se entrega anualmente como estímulo a la creatividad y labor de los bibliotecarios y las bibliotecarias del país. En esta oportunidad, se presentaron a concurso 173 bibliotecas públicas y fueron destacadas 22. Por la red municipal de bibliotecas públicas de Ibagué, se presentaron cuatro proyectos de igual número de bibliotecas públicas, saliendo ganadora la biblioteca rural Combayma.

La biblioteca Cañón del Combeima, ubicada en el corregimiento de Villa Restrepo, destaca este logro de la biblioteca Combayma y, sobre todo, el liderazgo de la bibliotecaria, Nayi Carolina Molina Cruz, alegría que comparte la red municipal de bibliotecas públicas de Ibagué (Tolima).

En el marco de una copa de vino y un almuerzo ofrecido por la biblioteca Cañón del Combeima, Nayi Carolina Molina Cruz, accedió a la siguiente entrevista, en la cual explica el proceso para la obtención de dicha distinción que consiste en $8 millones para comprar los elementos propios para la emisora comunitaria y un estímulo de $2 millones para la bibliotecaria.

La entrevista es la siguiente:  

-         La biblioteca Combayma del corregimiento de Juntas, municipio de Ibagué (Tolima), perteneciente a la red municipal y nacional de bibliotecas públicas de Colombia, que usted dirige, fue merecedora de un premio nacional. Felicitaciones y, ¿Cómo fue posible este premio?

Hola Nelson, muchísimas gracias. Toda esta situación surgió, precisamente, de una iniciativa a comienzo de año por el tema de la pandemia, donde todos tuvimos que resguardarnos. Durante el primer mes no teníamos la forma de comunicarnos entre la comunidad. Entonces, a mí se me ocurrió que nos comunicáramos por medio de los megáfonos, que son los parlantes ubicados en los postes. En el corregimiento de Juntas solamente había uno.

Con los vecinos de la comunidad, decidimos buscar otros dos megáfonos, colocando uno en el centro, el otro en la parte de arriba y el otro en la parte de abajo. Se escribió la propuesta, que era la primera emisora comunitaria del Cañón del Combeima, con un alcance estrictamente local, es decir, solamente en el corregimiento.

La temática a manejar en esta emisora era hablar principalmente del problema de la pandemia del coronavirus, tratando de socializar la forma como la gente se sentía con este Covid, su impacto y qué contrapuesta podría salir de la comunidad para enfrentar esta pandemia.

La primera persona que se invitó para discutir y analizar la iniciativa, fue la profesora Aidé Celemín, profesora de la escuela de este corregimiento y es nacida en esta comunidad. Ella nos dio su punto de vista, lo que sentía sobre su territorio, dio importantes recomendaciones a los vecinos oyentes. Esa fue la primera prueba.

La comunidad escuchaba lo que se decía a través de estos altos parlantes. Después, los parlantes se nos dañaron, no obstante, seguimos adelante con la iniciativa de la emisora comunitaria en este corregimiento. El objetivo principal era resaltar la importancia sistémica ambiental del territorio, lo mismo que la identidad regional, la cultura campesina de este corregimiento pegado al nevado del Tolima. Es claro que a pesar de Juntas hacer parte del imponente Cañón del Combeima, tiene sus propios contextos. Resulta distinto hablar de Juntas como hablar de Villa Restrepo, como hablar de Pastales.

La experiencia nos enseñó que, para hacer una emisora, había que estudiar y analizar y teníamos que ir mucho más allá. Nos llega la noticia de la biblioteca nacional que estaba abiertas las convocatorias para hacer propuestas. Entonces, la biblioteca Combayma, presenta esta propuesta, inicialmente para conformar un grupo de comunicación popular con niños. Me reuní con varios niños de la comunidad, los animé, hicimos varios talleres. En desarrollo de estos, pensamos el nombre del proyecto, teniendo en cuenta que el interés nuestro, era que los niños fueran los comunicadores encargados de sensibilizar y educar a la comunidad. Pensamos que el nombre debía ser: “Huellas que transforman al mundo”, con el primer grupo de comunicación popular de niños de un corregimiento. Además, comenzamos a abordar los temas que íbamos a tratar, llegando a la conclusión que todos debían tener un enfoque ambiental, reconocimiento del territorio, destacar la identidad campesina. Proyectamos todos los temas a tratar en las emisiones.

Con estas perspectivas, decidimos participar del concurso nacional, pensando en tener una pequeña emisora de estas características. Solicitamos equipos de trabajo audiovisual, cámara, zoom, equipo de sonido, con la idea de iniciar el proyecto en las redes sociales, donde son los niños los que hacen, prácticamente, todo, con la ayuda de nosotros y otro grupo de compañeros que también son artistas plásticos y que tenemos un enfoque en lo audiovisual, para que los niños aborden toda la temática con la comunidad de la región y de los visitantes.

Imagínese, tremenda sorpresa saber que nos eligieron a nosotros. Fueron 22 bibliotecas galardonadas en el país entre 185, aproximadamente que participaron. El premio es de ocho millones de pesos para comprar los equipos que se presentaron en el proyecto, dentro del presupuesto. Nosotros colocamos exactamente los ocho millones de pesos y 2 millones para el bibliotecario. Supremamente feliz, porque sé que este es un aporte para los niños que les permitirá percibir de la mejor manera el mundo, su manera amplia de sentirse habitando un territorio que es sagrado, resignificar, precisamente, la memoria ancestral para que se apropien y empoderen de su propia realidad. Eso para mí, es lo más importante. De igual manera, destacar la lucha permanente de la comunidad en general del corregimiento, de tal manera que la comunidad comprenda que sí es posible transformar visiones, es posible construir, hay que intentarlo y perseverar.

El amor por mi terruño donde nací y me he criado, me hace sentir un millón de cosas, me hace trabajar horas extras con entusiasmo y abnegación. Esa relación con los niños me servido tanto. Estoy agradecida con la vida que ha permitido compartir en estos momentos, un florecimiento a nivel personal, pero también en el ámbito de la comunidad y, el papel importante de los niños. Siento que estamos tejiendo tejido social muy importante en este territorio.

La animación en estas iniciativas tiene que ver también con el ejercicio colectivo que nos anima en la red de bibliotecas públicas del municipio. Nelson, por ejemplo, escritor, cuentero y animador de la lectura en chicos y grandes; pero también el accionar de los demás compañeros de la red. Todo ello resulta motivante. Somos un equipo que nos ayudamos mutuamente en la dinámica de construir cosas comunitarias que fortalecen todo un concepto de humanidad.

-         ¿Quién le comunicó semejante noticia? ¿Qué impacto tuvo en usted esta buena nueva?

Bueno, yo sabía que, a las cuatro de la tarde, el 10 de diciembre, era la premiación. Pero, tenía un evento y no pude asistir. Tampoco tenía internet. El primero que me llamó fue el compañero Hernán Ruiz, de la biblioteca Soledad Rengifo. Me dijo: Felicitaciones. Yo le dije: Cómo así. Me dice: Claro, su biblioteca se ganó el premio. Usted fue la feliz ganadora. Eso significó para mí un colapso total de emoción, colapso de sentimientos, me sentí supremamente agradecida, feliz, sentí que sí es posible. Eso estimula la construcción, los sueños y las realizaciones en una comunidad que se proyecta hacia un mundo posible, en paz y defendiendo el ambiente. Me siento llena de alegría y felicidad. Es un primer paso y eso tiene su profundo valor. Es el paso que se recibe en el aquí y en el ahora.

-         ¿Quiénes ayudaron directa o indirectamente en la cristalización de esta importante iniciativa de desarrollo comunitario?

Inicialmente, los niños. Sin ellos, hubiera sido absolutamente imposible este logro. En realidad, son ellos los constructores de la iniciativa, son los aportantes de las ideas, tienen la mente amplia para visualizar o visionar más allá del territorio, más allá de lo que queremos transmitirle a la humanidad.

Pero, también un colectivo, un grupo de emancipación, de compañeros, de vecinos, de amigos, de Juntas, que también le meten la ficha y el corazón, que sueñan con ver cambios que transformen esta comunidad y los visitantes.

Claro, fueron muchas personas. Entre otros: Bernardo Montoya, mis dos hermanas: Ángela y Xiomara, mi mamá, Nicolás Ruiz Hurtado, un amigo, un compañero que impulsa en serio y está para las que sea, un escalador fotógrafo que también tiene toda la energía y toda la disposición…Y, así, muchísimas personas más… Carolina Pérez, Adriana Marulanda, Nanda Catalina, Estefany. Es decir, son tantas mujeres y tantas personas que contribuyen a que uno no pierda el impulso, por el contrario, hay motivación permanente por parte de todos y cada uno de ellos.

Este premio es también de todos los bibliotecarios que hacen parte de la red municipal de bibliotecas públicas de Ibagué, porque el apoyo en grupo es constante y muy amplio.

-         Finalmente, ¿Qué resultados espera usted de la implementación y desarrollo de este proyecto?

Espero que toda la gente amplíe el sentido de pertenencia, un pensamiento profundo de apropiación y de empoderamiento. Eso es lo que quiero. Quiero que sea principalmente con la comunidad local, pero que esta pasión, este amor, esta entrega real, se vea reflejado en los visitantes que suelen visitar este territorio tan importante en conceptos ambientales. Quiero que la gente aprenda a respetar y a valorar nuestro etho, nuestra casa, nuestra tierra, que resignifique la memoria ancestral, que volvamos a valorar cualquier espacio adyacente, que volvamos a reconocernos hijos de la tierra, que tratemos de curar y sanar esa herida, que es precisamente, una herida muy grande y es la del olvido, de saber quienes somos, donde estamos y para donde vamos.

Ese es mi principal objetivo. Espero, que realmente, esto deje huellas que transformen al mundo.

-         Compañera Nayi Carolina Molina Cruz, nuevamente muchas felicitaciones…

Gracias Nelson, gracias por la invitación a departir una copa de vino y al almuerzo. Todo esto es maravilloso. Gracias, muchas gracias.

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