martes, 8 de julio de 2025

Evelio Villarreal, Comunista integral

Camarada Evelio Villarreal Herrán, firmes hasta su muerte. Foto Nelosi

Por Nelson Lombana Silva

El camarada Evelio Villarreal Herrán fue un verdadero comunista integral, ejemplo inmaculado que vive en el tiempo y en el espacio con grandeza. El tiempo y su muerte no podrán borrar su obra revolucionaria, vive en quienes honestamente toman su bandera y prosiguen el largo camino hacia el Socialismo.

Campesino tolimense, empujado por la cruda violencia, se instaló en la ciudad musical de Colombia, Ibagué, librando una heroica batalla por la paz y el socialismo hasta que la muerte lo sorprendió al lado de su esposa Doris Romero, también revolucionaria, trabajadora y emprendedora.

Duras luchas libró el camarada Evelio Villarreal Herrán en las calles de Ibagué, Tolima. Foto Nelosi

Gran parte de su vida se desempeñó en el transporte, donde lideró todo un proceso sindical y político sin dar tregua y sin renunciar a los principios marxistas y leninistas, enseñando y dando ejemplo, más con la acción que con la palabra.

Estuvo en la mira del régimen capitalista y el terrorismo de Estado, víctima del genocidio contra el Partido Comunista y la Unión Patriótica, enfrentó con decisión los avaros propietarios del transporte en esta ciudad dejando una huella imperecedera en los que han continuado con la lucha sindical y política, sin hacerle una sola concesión a la política agresiva de la burguesía y los grandes magnates del transporte.

Un verdadero comunista polifacético: Conductor, pequeño propietario del transporte, trabajador en su pequeña fragua, músico, cantante de música Llanera, presidente del sindicato de transportadores, dirigente Comunista y de la Unión Patriótica, amigo indiscutible de la literatura, la animación y la firmeza ideológica y política.

Con cuanto orgullo recordaba el encuentro con el senador Manuel Cepeda Vargas en el parlamento colombiano, donde denunció los atropellos de los dueños del transporte en Ibagué; la osadía de entrevistar al compañero Pastor Pérez, entonces presidente de la CSTC, sin ser periodista, los encuentros fraternales con el camarada Gilberto Vieira y Álvaro Vásquez del Real, entre otros.

Sufrió la desintegración de la Unión Soviética y la caída del muro de Berlín. Sin embargo, interpretó correctamente el momento, señalando sin rodeos que no había fracasado el Socialismo, sino simplemente un modelo burocratizado y oportunista, carcomido también por la corrupción.

Defensor y difusor del semanario Voz Proletaria y después, VOZ La verdad del pueblo, reconoció la importancia del periódico y el papel que ejercíamos de corresponsal de este medio y de la página web: www.pacocol.org. Frentero, entusiasta y creativo participaba activamente de las diversas actividades en la cual estaba involucrado el Partido Comunista.

Nunca ocultó su militancia, ni su espíritu de solidaridad y de emprendimiento. Llamaba las cosas por su nombre sin miedo, con franqueza, pero con mucha fraternidad. Evelio, fue realmente un Comunista clásico totalmente convencido del proyecto político, ni un instante vaciló.

Militante de toda la vida

El camarada Evelio Villarreal Herrán ni fue de ayer, ni de hoy, fue de toda la vida su compromiso con la paz y el socialismo. Ya a los doce y trece años, participaba activamente en la recuperación de tierras para construir barrios populares en la capital tolimense, gracias a la acertada política trazada por el Partido de la vida y de la esperanza.

Son numerosos barrios ibaguereños que se crearon gracias a la orientación decidida del Partido, en muchos de esos emocionantes y duros procesos Evelio estuvo en primera línea cumpliendo cabalmente la orientación con ánimo y entusiasmo. Valga recordar entre otros: José Antonio Galán, Kennedy, Yuldaima, El Yunque (Federico Lleras Acosta), El Santander, el Boyacá, el Nacional, una parte de los Mártires, el Gaitán, etc.

Militante de la Juventud Comunista (Juco), fue reclutado por otro grande del comunismo: José Neira. Dice: “Militaba en la Juventud Comunista, Juco, gracias al compañero José Neira quien fue el que me reclutó para esta organización y más tarde para el Partido Comunista”.

También solía recordar con eterna gratitud al camarada José Rojas, cantante vallenato. “Yo tocaba los timbales”, señala. “Esta actividad musical la hacíamos cuando la invasión grande del denominado “El Yunque”, que es hoy día el Federico Lleras Acosta, barrios Nacional, Santander, parte del barrio Los Mártires y otros que se me escapan ahorita”.

Levantar una vivienda era toda una odisea, en medio de la cruda represión del Estado. “Hacíamos los ranchitos en esterilla y cartón, los cuales eran tumbados por la policía dos y tres veces en la noche, no respetaban la banderita colombiana que el Partido Comunista orientó a través de la Junta de Mejoras Públicas buscando la protección de éstos. No respetaban la bandera nacional. Sin embargo, la gente no aflojaba. No se rendía. La vivienda era una necesidad prioritaria que el Estado no ofrecía”.

Ante la dura y heroica resistencia popular, el gobierno local se vio precisado a presentar dos opciones: Que se tomaran la finca “Piedra Pintada” o la finca “El Danubio”. La discusión liderada por el Partido y su gran secretario político, Pedro Ignacio Villamarín, lo mismo que cuadros destacados como Alfredo Malo, un camarada de apellido Tafur, entre otros, tomaron la decisión de tomar posesión de la finca “El Danubio”.

Más tarde con la ayuda del Instituto Colombiano de Crédito Territorial, trazó las calles, las avenidas, los sardineles. “Los inodoros eran letrinas de hoyo como se hacen en el campo; teníamos problemas con el agua. Hizo cuatro casetas comunales, donde iban las señoras a lavar la ropa y nosotros íbamos a bañarnos”.

En todo este proceso se presentaron controversias y divisiones marcadas, sobre todo cuando los pájaros (conservadores) aliados con el gobierno de turno persiguieron con violencia el proceso unitario de los sin vivienda.

En todo este proceso, el camarada Evelio era el encargado de organizar la fiesta decembrina. Relata: “Yo era un muchacho joven “loco”, pero con firme disciplina de izquierda. Era el encargado de organizar las fiestas decembrinas en el barrio. El año viejo era una tradición especial, hacíamos el muñeco, sacábamos la viuda, los huerfanitos, los sacábamos en una guadua “muertos”, los cuales paseábamos por todas las calles del barrio Galán y la gente muy contenta nos colaboraba con dinero para que compráramos la pólvora. Nos dábamos el lujo de hacer fiestas de toda una semana, sin exagerar. Organizamos el conjunto musical “Los Galaneros”, conjunto que llegó a tener acordeón, timbales, tumbadora, maracas, carrasca y también tuvimos un conjunto de cuerda, tuvimos violín, guitarra. Era un barrio muy organizado y alegre”.

Sin tener formación académica, pues el camarada solamente pudo estudiar un año, sin tener teoría sobre el teatro, hizo teatro y de qué manera. Los inocentes era otra fecha clave, en una oportunidad se prestó para posar de muerto, generando confusión y movimiento en todo el barrio, la gente salió masivamente a llorar su “asesinato” anunciado por el presidente de la junta de acción comunal con aspaviento.

Cuando se dio la noticia, “yo sentí un corrientazo muy tremendo. Sin exagerar un milímetro: Parecía un hormiguero la gente en las calles. Unos salían en calzoncillos, otros con pijama; unos llorando, otros indignados. El compañero que dejamos abajo no dejaba pasar a nadie hasta tanto no llegara la policía para el levantamiento del cadáver”,

Cuando el camarada Enrique Cárdenas, se dirigió a los presentes diciendo: “El asesinato del compañero Evelio Villarreal Herrán, pásela por inocentes, se presentaron todo tipo de reacciones: Unos se pusieron bravos conmigo, otros incrédulos me abrazaban. Eso fue la borrachera más verraca ese día. Todo el mundo contento porque a la final era una broma”, narraba con cierta nostalgia el camarada Evelio.

Son acápites de un auténtico camarada que se mantuvo firme hasta su muerte, enseñando con la práctica permanente. ¡Honor y gloria a su memoria!

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