Del 25 al 29 de agosto, se realizó en la ciudad de La Paz (Bolivia) el Foro de Sao Paulo, con la consigna: “Derrotar la pobreza y la contraofensiva imperialista, conquistar el Buen Vivir, el Desarrollo y la Integración en Nuestra América”, foro que se plantea la problemática y las perspectivas de la Gran Patria Latinoamericana y Caribeña, fuera de la férula dominante e imperialista de los Estados Unidos.
La declaración final del XX encuentro de éste, vale ser estudiado detenidamente, porque es un documento profundo que hace una radiografía de la lucha de los países Latinoamericanos por sacudirse del yugo imperialista de los Estados Unidos, bajo la consigna de James Monroe de “América para los americanos”. Se destaca en consecuencia, el esfuerzo que hizo el semanario VOZ La verdad del pueblo para publicar dicha declaración en su totalidad.[i]
Queremos hacer hincapié o llamar la atención de dos párrafos que contiene la declaración. El primero, tiene que ver con la alerta sobre la contraofensiva global del imperialismo y el segundo con el claro y contundente respaldo al proceso de paz que se desarrolla en la Habana (Cuba) entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo (Farc – Ep) y el gobierno nacional de Juan Manuel Santos Calderón.
Sobre el primer aspecto, hay que decir que ya el comandante cubano, Fidel Castro Ruz, había alertado sobre el peligro latente de la contrarrevolución habida cuenta que los Estados Unidos no se resignarán fácilmente a perder su dominio criminal sobre los pueblos latinoamericanos y caribeños. Hará hasta lo imposible por hacer fracasar los procesos democráticos y revolucionarios que se vienen sucediendo con sus particularidades en cada país. Hay que hacer permanentemente vigilancia revolucionaria. El imperialismo no duerme, siempre estará al acecho.
Todas estas manifestaciones se vienen sucediendo en países que han tomado valientemente la determinación de hacer respetar su soberanía nacional y la dignidad de la patria, de la aberrante y permanente intromisión imperialista de los Estados Unidos.
“Es necesario alertar a los Partidos y gobiernos de la región sobre el peligro de la restauración conservadora que pretende introducir en nuestros países, a través de una amplia gama de instrumentos subversivos dirigidos y coordinados por los Estados Unidos, conjuntamente con organizaciones políticas y sociales de la derecha, corporaciones transnacionales, medios de comunicación, entre otros actores contrarrevolucionarios, que atentan contra los gobiernos que en su opinión constituyen un obstáculo o afectan su interés global”.
El otro acápite de la declaración que queremos hacer referencia es el relacionado con Colombia y concretamente con el tema de la paz y los diálogos de la Habana (Cuba). Destaca el documento la trascendencia del proceso no solo para los colombianos, sino también para todos los países del área. Se declara partidaria de la paz, pero no de cualquier tipo de paz, sino de una paz justa y democrática. Es decir, una paz con justicia social. Plantea la declaración la necesidad de un alto bilateral al fuego, la humanización del conflicto que implica acoger por las partes las normas del Derecho Internacional Humanitario (DIH) y la formalización del diálogo con ELN y el EPL.
“El logro de una paz justa y democrática en Colombia es fundamental para la estabilidad de la región. Respaldamos resueltamente el diálogo entre las FARC – EP y el gobierno colombiano, en un ambiente de cese al fuego bilateral y la humanización del conflicto. Apoyamos la apertura formal de negociaciones con el ELN y el inicio de contactos con el EPL”.
Sobre la primera inquietud planteada, vale destacar el importante punto de vista del vicepresidente boliviano Álvaro García Linera cuando dice: “Para preservar los cambios hay que profundizar lo conseguido”. En otras palabras, hay que trabajar intensamente por radicalizar los distintos procesos que se vienen sucediendo en la Gran Patria del libertador Simón Bolívar. Hay que luchar por hacer irreversible los procesos democráticos y revolucionarios que se vienen sucediendo. En ese proceso histórico, resulta fundamental conseguir la paz en Colombia, pero no cualquier paz, sino una paz con justicia social.
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[i] Edición número 2756 del 17 al 23 de septiembre de 2014. Separata.
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