El Partido Comunista Colombiano denunció con decisión y vehemencia en su momento que la ley 100 de 1993, cuyo ponente fue el señor Álvaro Uribe Vélez, acarreaba más muertes que el mismo conflicto social y armado que se estaba viviendo. La gran prensa ignoró la denuncia, naturalmente con la complicidad de los gobiernos de turno, la delirante publicidad y la compra de congresistas.
El gobierno progresista del Pacto Histórico, no ha tenido pelos en la lengua para presentar esta cruda realidad, ratificando que, a partir de la privatización de la salud con dicha ley, se ha convertido en un negocio de los monopolios con fines lucrativos. Los funestos paseos de la muerte, las filas interminables para reclamar una pasta de acetaminofén y el negocio descarado de las empresas prestadoras de salud (EPS), son las causas de más de un millón cuatrocientos mil muertes evitables en solo doce años en Colombia.
Así lo indicó la nueva ministra de salud, Carolina Corcho al hablar con los medios de comunicación. “La salud en Colombia se volvió un negocio, un sistema privatizado en un 80 por ciento”, señaló.
Son los dineros públicos de los contribuyentes en manos de particulares. “Privatizado no quiere decir que haya capitales privados, inversionistas que hayan venido a invertir en Colombia; es con los recursos de los impuestos de los ciudadanos, de los colombianos que se financian, pero lo manejan privados, muchos de ellos con criterio de negocio, ganancia y lucro. Eso nos ha costado una pérdida enorme de vidas, porque este sistema no privilegia el derecho fundamental a la salud y la vida de los colombianos”, subrayó enfáticamente.
“Los dueños de este negocio son unos particulares que se han lucrado, los que más han usufructuado el negocio es el sector financiero. El sector financiero en Colombia es el que usufructúa el negocio porque es el que tiene el control sobre las EPS, aseguradoras. Los bancos tienen un negocio con las EPS, y es que las EPS son las que recogen la plata que aportamos los trabajadores mensualmente. Cada trabajador paga sus impuestos y los recauda las EPS y ponen esa plata en los bancos. Los rendimientos financieros corresponden a ellos”, agregó la doctora Carolina Corcho.
Las consecuencias de esta criminal política del capitalismo neoliberal son catastróficas. Dice la nueva ministra de salud: “Las consecuencias para la salud de los colombianos ha sido que entre 1998 y 2010, de acuerdo a cifras oficiales del Instituto Nacional de Salud, en Colombia ha habido un millón cuatrocientos mil muertes evitables. Esto es la mortandad más grande en la historia de este país. Es decir, muertes que se hubieran podido evitar con una gestión determinante de la salud en el país”.
Que una ministra de salud, le hable tan claro al país, es signo inequívoco del gobierno entrante de Gustavo Petro y Francia Márquez de cumplir su promesa de campaña de acabar con la privatización de la salud, haciendo que ésta sea un derecho y no un negocio como viene sucediendo hasta ahora. Una propuesta para defender y apoyar el pueblo con la movilización popular callejera, ante la reacción seguramente de los pulpos que están detrás de las EPS engordando con el dolor ajeno. Llegó la hora de fortalecer la Red Pública Hospitalaria en Colombia, ¡No más paseos de la muerte!
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