Guillermo Alfonso Jaramillo jura cumplir con sus obligaciones como alcalde de Ibagué. Foto Nelosi. |
En ceremonia sencilla realizada en la plaza Simón Bolívar, a un costa del palacio municipal, tomó posesión como alcalde de Ibagué (Tolima), el día inmediatamente anterior después de las 4 de la tarde, el médico Guillermo Alfonso Jaramillo Martínez.
A la posesión asistieron personalidades de izquierda, de centro y de derecha. Asistió además, el gobernador Luis Carlos Delgado Peñón, el escritor William Ospina, el embajador cubano, la ex senadora Piedad Córdoba, la ex candidata a la alcaldía de Bogotá, Clara López Obregón, el ex ministro Alfonso Gómez Méndez, senadores, representantes a la cámara, diputados, concejales, etc.
El mandatario al tomar juramento dijo que se comprometía a hacer una administración limpia y transparente, participativa y democrática. Una de sus primeras acciones será resolver el problema del agua. Anunció que la ciudad sería sometida por lo menos a tres meses de racionamiento. El funcionario que estará al frente del Instituto de Acueducto y Alcantarillado (Ibal), prácticamente es cuota burocrática del presidente Santos, señaló Jaramillo Martínez en su afán de crear confianza y así facilitar los recursos para construir el acueducto que necesita la ciudad.
Dijo que el 4 de enero de 2016, radicará ante el concejo municipal el proyecto de acuerdo mediante el cual convocará a la consulta popular para que la comunidad ibaguereña se pronuncie si quiere megaminería a cielo abierto o agua. Dijo igualmente, que defendía el proceso de paz y que desde este preciso momento se declaraba en campaña por el plebiscito a favor de los acuerdos que se vienen concretando en la Habana (Cuba).
Se comprometió a cumplir la propuesta formulada en campaña, a trabajar por los sectores menos favorecidos y hacer obras de desarrollo comunitario, en salud, educación, la movilidad, vivienda, deporte, cultura y convivencia ciudadana. A luchar contra la corrupción.
Jaramillo Martínez hizo un rápido diagnóstico de lo que recibía, declarándose alarmado. Dijo que recibía una ciudad descuadernada, endeudada y con la “olla raspada”. Sin embargo, se comprometió a trabajar arduamente durante los siguientes cuatro años. Dio a conocer la nómina de colaboradores, destacándose en la secretaría del interior o de gobierno, al avezado político, Camilo González Pacheco.
El posesionado alcalde llamó a los ibaguereños a la esperanza. En palabras suyas: “Hoy es la hora de la esperanza, convoco a la esperanza a todos los ibaguereños para que afrontemos con energía y entereza la difícil situación de nuestra ciudad”.
El millar de personas que asistieron recibieron con prudencia la nómina que habrá de acompañarlo en las primeras de cambio. Para algunos resulta una falacia decir que está representado la realidad multiétnica que caracteriza a la ciudad Andina de los Derechos Humanos y la paz, Ibagué.
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