viernes, 31 de octubre de 2014

Responsabilidad histórica de los medios de comunicación en el conflicto colombiano

Los medios masivos de comunicación han estado en la dinámica de la violencia de pies a cabeza, con sus informes tendenciosos, acomodados, tergiversados, a medias, descontextualizado
Por Nelson Lombana Silva


No se puede pasar de soslayo la responsabilidad histórica de los medios masivos de comunicación en relación con el conflicto colombiano que ya supera las cinco décadas. No se puede acoger la tesis de la supuesta “neutralidad” e “imparcialidad” de éstos, por cuanto no ha existido en ningún período de esta cruda violencia de Estado desatada contra el pueblo colombiano en una forma infame y por demás cobarde.



Ahora que se debate a todo vapor el tema de las víctimas en la isla de la libertad (Cuba), en el marco de los diálogos entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Ejército del Pueblo, (Farc – Ep) y el presidente Santos, resulta de vital importancia establecer la responsabilidad del denominado “cuarto poder”. ¿Qué papel ha jugado en este largo conflicto? ¿Al lado de quién han estado las grandes rotativas, las cadenas radiales y televisivas? Es hora de colocar en blanco y negro el comportamiento de éstos, sin maltratar la verdad histórica un milímetro.


Se hace necesario e indispensable, máxime cuando la oligarquía con todos sus artimañas y lacerando la verdad, pretende hacerle creer a la opinión pública nacional e internacional, que el único generador de víctimas en este largo conflicto social y armado es la insurgencia armada. Insiste en maximizar los presuntos “errores militares” de la guerrilla y minimizar los de la fuerza pública, los paramilitares, los militares de los Estados Unidos presentes en el territorio en siete bases, más los agentes encubiertos y secretos de este país imperialista.


También pretende exonerar de toda responsabilidad a los terratenientes que se han apoderado de enormes extensiones de tierra a sangre y fuego, a los narcotraficantes, multinacionales, transnacionales, empresarios deshonestos y desde luego, la tétrica incomunicación de los medios masivos de comunicación, quienes sin sonrojarse solamente han presentado una sola versión, totalmente tergiversada y distante de la verdad. Como dijera Eduardo Galeano: “La imagen única, la palabra única”. Con qué razón afirma el periodista uruguayo, fundador de TeleSur, Aram Aharonian, al referirse al inmenso poder de los medios de comunicación en la actualidad. Dice: “Si hace cuarenta años se necesitaban fuerzas armadas para imponer un modelo político, económico y social, hoy basta con tener el control de los medios de comunicación masivos para bombardear el imaginario colectivo, desde la información, la publicidad, el entretenimiento”.


Ese poder descomunal ha estado a favor de una clase social, que no es otra que la oligarquía. Por eso, en los distintos intentos de paz que se han hecho hasta ahora con los grupos guerrilleros, los medios masivos han estado abiertamente a favor de la guerra y de los intereses de la clase oligárquica. ¿Cuál neutralidad? ¿Cuál objetividad? ¿Cuál imparcialidad?


Los medios masivos de comunicación han estado en la dinámica de la violencia de pies a cabeza, con sus informes tendenciosos, acomodados, tergiversados, a medias, descontextualizados, etc. No es gratuito, entonces, que la guachara de Uribe dice cualquier sandez, cualquier estupidez e inmediatamente es noticia de primer orden, de primera página, de abrir una emisión radial o de televisión. En cambio, habla un líder de paz y escasamente se hace referencia entre líneas y a eso se le llama dizque democracia y equilibrio informativo.


Por estos días, los voceros de la guerrilla desde la Habana, han planteado con claridad la responsabilidad de los medios de comunicación entorno a las víctimas. Sin ambages han hecho un llamado crítico y autocrítico a asumir su grado de responsabilidad. De eso nada se dice en los medios masivos. Se guarda un silencio sepulcral y en cambio sí se hace un despliegue sensacionalista de las 68 capitulaciones del uribismo. ¡Qué contraste!


En rueda de prensa, señala el comandante fariano Matías Aldecoa: “Sin perjuicio de la existencia de una actividad comunicacional y periodística, se lleva a parámetros éticos y profesionales, se reconocerá que el poder de los medios de comunicación, concebidos en términos generales, ha sido un factor indiscutible de la persistencia y la prolongación de la guerra, considerando los dispositivos lingüísticos y comunicacionales que estos han activado y desplegado en diferentes momentos del conflicto. En algunos casos para exacerbar la confrontación, justificar el paramilitarismo, contribuir a criminalizar la protesta social y promover campañas de divisionismo ideológico y guerra psicológica”.


“Se exigirá un reconocimiento de responsabilidad, en tal sentido, a los propietarios de los medios de comunicación, así como a quienes se han encontrado y se encuentran comprometidos con la definición de las líneas editoriales y la producción de información en estos medios”.


¿Tendrán los medios masivos de comunicación capacidad de autocrítica? Ojalá así sea. Ayudaría en grado sumo al gran sueño del pueblo colombiano de la paz con justicia social y que sean los hijos los que entierren a sus padres al cumplir éstos el ciclo biológico de vida en un medio que se pueda pescar a media noche sin el horror de la violencia como lo dijera Darío Echandía. Estos medios deben comenzar por reconocer su responsabilidad anteponiendo ante todo la verdad sin rodeos de ninguna naturaleza. Sería el mejor aporte a este proceso de paz que avanza, sin decir que la paz está a la vuelta de la esquina, pues todavía hay un largo trayecto por recorrer.



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