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Por AgamenónLa descompuesta burguesía colombiana, acostumbrada a legislar contra el pueblo en clubes y recintos cerrados, de espalda al pueblo, colocó el grito en el cielo ante la decisión audaz y consecuente del presidente del cambio, Gustavo Petro Urrego, de trasmitir los consejos de ministros en vivo y en directo. “Verdes de encabronamiento”, como diría nuestro Nobel, Gabriel García Márquez, movió cielo y tierra para impedir que esto se siguiera dando, presentando argumentos baladíes, sin fundamento alguno. Según esta caterva que ha desangrado el fisco nacional por más de doscientos años, la decisión la coloca al desnudo ante el pueblo.