Pacto Histórico. Foto: Senadora Isabel Zuleta
Por Agamenón
Todas las miradas del país son para Bogotá y el Pacto Histórico en el marco de la Convención Nacional. La expectativa es grande, sobre todo en el país nacional que sueña con la consolidación del movimiento amplio, democrático y fuerte, capaz de profundizar los cambios que han comenzado con el presidente, Gustavo Petro Urrego y Francia Márquez.
Son muchos los intentos unitarios que se han hecho, pero que desafortunadamente han naufrago quizás por la ambición personal, el caudillismo y la falta de conciencia social y de clase. Sin embargo, de cada proceso han salido numerosas lecciones y acumulados importantes que hay que esgrimir ahora para que el proceso, el sueño del martirizado pueblo colombiano se cristalice y una patria libre y soberana brille sin mancha en esta parte de América Latina. Parodiando el decir huilense, todos los caminos conducen a Bogotá.
Seguramente de la magna convención saldrán directrices claras y concretas, grandes sentimientos de unidad y fuertes propósitos de hacer irreversible el proceso que se ha ido madurando en los diversos intentos unitarios y que ha logrado alcanzar su máxima expresión en los últimos años. Se espera entre otras cosas: Un programa claro que enamore al pueblo colombiano, unos estatutos acordes con el momento, una dirección democrática e incluyente y unas reglas claras y concisas para dirimir las dificultades que se puedan presentar en el camino.
De igual manera, un respaldo claro y contundentes a las acciones positivas que viene desarrollando el presidente Petro. El rechazo unánime al interés de la burguesía mafiosa de eliminarlo tanto físicamente como sus ideas e iniciativas que han calado en la conciencia del pueblo colombiano. Nada de burocracia, nada de oportunismo, nada de “infiltrados”, que todos y todas estén en la disposición de colocarse la camiseta para ir hasta el rincón más recóndito de la patria a prender la llama de la esperanza, en ese heroico pueblo golpeado por la violencia, la incomunicación mediática y el analfabetismo político.
No perder detalle de la discusión dialéctica para sacar los mejores insumos que hagan fuerte y sólido al movimiento Pacto Histórico, movimiento que necesariamente debe interpretar correctamente los sueños frustrados del pueblo colombiano.
Hay que reconocer que llegar a esta instancia histórica no fue tarea fácil, porque la izquierda y el mismo progresismo, tuvieron que enfrentar una derecha criminal, sectaria y atrasada políticamente; una derecha sin argumento intelectual, político y moral, solo la fuerza ciega de la violencia y la brutal explotación del hombre por el hombre, en todas sus formas y manifestaciones.
Qué responsabilidad tan grande tienen nuestros delegados y delegadas en esta convención nacional. Acudimos a su sapiencia para colocar siempre por delante el interés común, la grandeza y la conciencia que no se está sembrando para hoy exclusivamente, sino para mañana y pasado mañana. Mucho talento, firmeza, sinceridad, tolerancia y prudencia.
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